Entorno y Medio Ambiente:
Medio
Las plantas suculentas requieren, en primer lugar, ser colocadas en un lugar tan luminoso como sea posible, recibiendo, al menos durante una parte del día, una irradiación solar directa. La mayor parte de las plantas s crecen bien en invernaderos. Se trata de un medio que puede proporcionar a los vegetales abundante luz, calor y aire húmedo, pudiéndose regular a voluntad estas condiciones. Además, pueden reproducirse allí las mejores condiciones de reposo invernal; los invernaderos son, por lo tanto, el medio ideal para colocar a estas plantas.Un invernadero de plantas suculentas debe estar colocado a pleno sol y al abrigo del viento. Es igualmente importante proporcionar un medio de ventilación, si no se quiere ver a las plantas achicharrarse los días de mucho sol.
Suelo
Siempre que se tenga interés por el cultivo hay que tener cuidado de que los sustratos sean tan permeables como resulte posible, absorbiendo fácilmente el agua y secándose con la misma facilidad. Las especies frágiles, por ejemplo, requieren mezclas con una fuerte proporción de piedras, gravilla. Las raíces frágiles de los géneros Ariocarpus, Astrophytum, etc., no soportan la presencia de materias orgánicas en descomposición (humus) y la mezcla no deberá incluir más que una arcilla mineral.
Agua
Salvo algunas excepciones, todas las plantas absorben el agua por sus raíces. Los riegos permiten también los movimientos y, después, la absorción de los elementos nutritivos disueltos en el agua. El agua de riego debe ser, por lo tanto, dulce, siendo lo ideal agua de lluvia, y su temperatura debe ser superior a la del aire. Se puede "endulzar" un agua dura añadiéndole una pequeña cantidad de ácidos (acético, fosfórico, cítrico, nítrico...). Al principio, hay que controlar cuidadosamente el pH con ayuda de un papel indicador, con un poco de práctica se podrá ajustar la solución "a ojo" de manera que no descienda de un pH 4.Numerosas especies originarias de las regiones áridas son muy sensibles a la humedad excesiva del sustrato, sobre todo cuando se produce por una disminución de la temperatura o a causa de una humedad prolongada. Por el contrario, estas especies reaccionan muy positivamente a los riegos regulares: alternancia de períodos de riegos intensivos con tiempo seco y una sequedad total de las raíces y del suelo durante varios días.
Temperatura
La gran mayoría de las plantas requieren para un crecimiento óptimo, temperaturas relativamente elevadas y soportan sin verse afectadas temperaturas superiores a los 40C. Lo ideal es mantener la temperatura entre 25 y 35 C. Esto se aplica sobre todo a las plantas de origen tropical; sin embargo, las plantas oriundas de las regiones de gran altitud o de las zonas alejadas del ecuador, prefieren temperaturas algo inferiores. Estudios recientes han demostrado que las especies adaptadas para vivir en los desiertos áridos necesitaban, para un buen crecimiento, fuertes oscilaciones térmicas (crecen mejor cuando el calor diurno es seguido de un descenso súbito de las temperaturas nocturnas). Se recordará además que la temperatura no es más que uno de los factores que actúan globalmente sobre la planta y que tiene con ella ciertas relaciones que hay que respetar. Así, por ejemplo, una temperatura elevada llevada hasta un fuerte grado higrométrico provoca el crecimiento de los brotes y de la planta, al igual que una temperatura elevada unida a la sombra; mientras que una fuerte temperatura, sequedad y mucho sol detienen el crecimiento.